La novia de la coleta dorada y sus fotografías al atardecer
Raquel fue una de esas novias que apuestan por la sencillez sin renunciar a la elegancia. Para ello, confió en la experiencia de Navascués, quién confeccionó a la perfección su vestido de novia: un diseño de georgette y satén ultraligero, con mucha cola. Pero su look, sin duda, fue protagonizado por su infinita coleta dorada de ondas perfectas, obra de una gran profesional como es Gema Ledesma.
Raquel entró velada al Convento de la Encarnación, donde ella y Edu se dieron el “sí, quiero”. Tras la ceremonia, los novios se desplazaron a la finca El Monje en un descapotable Alfa Romeo rojo. Allí, poco después de la puesta de sol, acabada su sesión de novios, hicieron la entrada triunfal con globos blancos que todos, tanto novios como invitados, soltaron al mismo tiempo a su entrada al cocktail.
Raquel y Edu se casaron al más puro estilo campestre, rodeados de velas, miles de luces y flores colgantes que convirtieron su gran día en una gran explosión de color, tanto de día como de noche.